sábado, 3 de marzo de 2012

                          20 AÑOS DE IMPUNIDAD


El 26 de febrero se cumplieron 20 años del crimen (masacre) en cimitarra Santander, donde fueron asesinados la periodista Sylvia Duzán, junto con 3 dirigentes agrarios de la población. Una tranquila noche, que parecía normal en el restaurante "la Tata", donde se realizaría una breve reunion entre Josué Vargas Mateus(presidente de la asociación de trabajadores campesinos del Carae), y los dirigentes Saúl Casteñeda y Miguel Ángel Barajas, termino en un horroroso hecho de muerte a mano de los paramilitares.

Al parecer después de 20 años, este hecho continua impune claro esta, que se han interpuesto acciones ante la comisión interamericana de Derechos Humanos,  pero como única respuesta que se ha dado, es la hipótesis de que todos los autores materiales se asesinaron entre ellos mismos, dejando el hecho impune y sin ningún detenido.

Aunque existen bastantes creencias de quienes pudieron ser los verdaderos autores detrás del crimen, no son validos ya que no se contienen pruebas que comprueben tan teoría, lo que si sabemos es que desde ese día la vida en Cimitarra no es la misma, ya que es bastante difícil olvidar cosas como esta, donde personas tan importantes para el lugar murieron incluso, una persona que no tenia nada que ver con la población, y solo se encontraba allí para realizar un documental.


En ese mismo año, el país empezó a realizar distintos procesos para buscar tranquilidad en el país como lo fueron, el proceso de paz con el M-19  y otros grupos armados que culminaron con las elecciones constituyentes del mismo año. 






Actualmente la Procuraduría General de la Nación interpuso algunas acciones contra los policías y militares que se encontraban en el lugar de los hechos a la espera de la llegada de Silvia y los líderes campesinos a la cafetería en donde fueron masacrados, pero en el curso del proceso también fueron liberados.

Los jefes paramilitares Ernesto Báez y Ramón Isaza, sobre quienes pesa la acusación de ser los autores intelectuales del crimen, no han querido reconocer su responsabilidad en el hecho. Báez afirma que era solo un ideólogo y niega haber participado en algún homicidio. Isaza, por su lado, sostiene que perdió la memoria aunque haya un parte médico que desvirtúa esa versión.

Para que no prescriba el delito, Gustavo Gallón, abogado de la Comisión Colombiana de Juristas, interpuso una acción ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

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